domingo, 25 de marzo de 2012

El robo

El lunes pasado nos enteramos de que habían robado dinero a una chica que vive en el hostal. En un principio, como el robo había sido entre el sábado y el domingo (es decir, en mi cumpleaños) pensaban que lo había hecho alguien de mi fiesta, lo cual no me gustó un pelo porque me sentía incómoda sabiendo que sospechaban de mis amigos, y sabiendo que es mentira ya que estuvimos toda la noche en mi habitación.

El domingo Juan despertó y vio a alguien entrar en su habitación y quedarse en la puerta unos diez minutos mirando, hasta que le preguntó quién era y qué quería, y la mujer se fue. Ese mismo día alguien intentó abrir la puerta de mi habitación mientras yo estaba dentro, pero claro estaba cerrada.
Así que con toda esta información y la de otra gente del hostal, dicen que son un hombre y una mujer, que él tiene pinta de yonki y ella es rubia es todo lo que sabemos. El dueño del hostal dice que este tipo de ladrones suele volver, así que ultimamente somos muy precavidos con dejar las puertas de las habitaciones abiertas y con ver qué desconocido anda por el hostal.
Y a raíz de esto, el martes que viene haremos una cena. ¿Por qué? No es que vayamos a celebrar el robo, es para conocernos todos los que vivimos aquí, ya que yo no tengo ni idea de quién vive aquí, quién no, quién está de visita, etc. Y así están las cosas.

Cumpleaños

La semana pasada fueron los cumpleaños de Niolas y el mío. Habíamos dicho que íbamos a hacer una fiesta los dos juntos para celebrarlo, pero entre unas cosas y otras celebramos el suyo en su día, el martes, yendo a cenar a F Hoone. Y el mío lo celebramos también en su día, el sábado.
Decidí invitar a la gente a cenar a mi hostal. Sinceramente, no esperaba que vinieran muchos, y efectivamente a cenar no vinieron muchos pero después si, nos llegamos a juntar bastante gente. Fue muy divertido, pasamos el rato en mi habitación y luego fuimos a Levicas, un bar de por aquí que está muy muy bien, es como una cueva por dentro y tiene varias salas. Una de ellas, en la que estuvimos, es totalmente a oscuras, proyectan imágenes en la pared y hay un DJ que casualmente ese día pinchó música de los 80, incluso le pedí que me pusiera ABBA y bailamos "Dancing queen" (ya echaba yo de menos esos momentos super horteras).








Después del levicas fui con Patri y Minjae (las dos chicas que conocí en Laponia) de vuelta a mi hostal y por el camino nos colamos en el jardín de la casa donde doy las clases de estón a encender una bengala, a eso de la 5 de la mañana. Después nos compramos una hamburguesa en un sitio que hay al lado de mi hostal. En principio están deliciosas, más a esas horas de la mañana que te comes lo que sea. Pero una hora después de comerla es como si tuvieras un gremlin en el estómago, horroroso.

Ahora mismo no recuerdo si esta semana he hecho algo más. Intentaré tener esto al día, porque sino se me va a ir olvidando todo.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Viaje a Laponia: día 3 y final

Me había olvidado por completo del blog, esto no puede ser, sino cuanto más tarde en actualizar menos recordaré las cosas y peor lo contaré, así que ahora vendrán varias entradas de golpe para ponerme/poneos al día.

Bueno el último día del viaje a Laponia fue realmente precioso. Nos levantamos mucho más tarde, lo cual me vino muy bien porque yo estaba reventada después del día anterior. El autobús nos dejó al lado de unas cabañas y nos adentramos en la naturaleza, caminando por un bosque nevado unos 15 minutos, hasta que llegamos a esta preciosidad de paisaje.



Todo esto me dejó impresionada, después de lo que había visto el día anterior, este río helado creo que es el lugar más bonito que he visto en mi vida. Cuando terminó este viaje era como que había visto tantas cosas bonitas que necesitaba parar y cerrar los ojos para almacenarlo todo (qué cursi queda todo esto, pero es que fue así). Aquí mismo hicimos una barbacoa y comimos perritos calientes de cerdo, que no de reno, ya habíamos tenido bastante reno de momento.

Y esto era la recta final del viaje. Al dejar este lugar el autobús se dirigía directamente a Helsinky, pero por el camino, mientras decidíamos qué películas íbamos a ver en las 10 horas de viaje, un chico dijo que miráramos a la derecha, y ahí estaban, luces del norte, ¡por fin! No lo había dicho pero las dos noches anteriores habíamos salido a buscarlas sin éxito. Así que le pedimos al conductor que parara el autobús y bajamos para verla bien. Era una luz verde al principio finita, luego fue engordando y realmente podías ver cómo avanzaba hasta que finalmente desapareció. Como es lógico no era fácil captarlo en una foto, y esto es lo que pude conseguir.


Y tras un laaaargo viaje en autobús, cogimos el ferry de nuevo a Tallin, así que pude despedirme de Helsinky y ver la ciudad alejarse (pero no ver la ciudad en sí), aunque volveré, sólo está a dos horas y media por mar.

Había pequeñas islitas con casitas de madera en medio del mar, dicen que son casas de verano de alguna gente, parecía de cuento.

Y estos son Jessica, Minjae y Park, gente muy maja que conocí en el viaje.

jueves, 15 de marzo de 2012

Viaje a Laponia: día 2

Ya están las fotos de la ESN Tallin del viaje a Laponia, así que por fin terminaré de contarlo. El segundo día madrugamos bastante para ir a la granja de huskys, allí nos estuvieron explicando cómo teníamos que conducir los trineos, lo que debíamos y no debíamos hacer y todo eso. Básicamente lo que te dicen es que los perros sólo quieren correr, correr y correr. Los trineos tenían una parte en la que iba el conductor y otra en la que se metía la otra persona, teníamos que ir por parejas. El recorrido era de unos dos o tres minutos, y a mitad el que conducía tenía que frenar y el que estaba dentro se ponía a conducir y el otro se metía en la cesta. Si se te soltaba el freno, el trineo se te iba porque los perros salían escopetaos, además se peleaban entre ellos y con los perros de los otros trineos, fue una locura. Yo iba primero en la cesta y cuando me tocó cambiar se me escapó el freno y los perros se me fueron un poco, pero los controlé en seguida. La verdad es que fue una experiencia genial. Mi pareja era Patri, la otra española que había en el viaje, casualmente de Toledo. Hice alguna foto mientras estaba dentro y mientras conducía, pero las hice con una de esas cámaras desechables y aún no he terminado el carrete, así que cuando lo revele sabré qué sale de ahí. Cuando estaba en la cesta esa me di cuenta de que estaba sentada sobre una piel de husky. Bueno, más que una piel, era el cadáver de un husky, tenía incluso las patas y el rabo, menos mal que no tenía la cabeza pero me dio muchiiiisimo asco, lo único que quería era salir de ahí.


Una vez terminada la carrera de todos, los perros se tranquilizaron y eran majísimos, y tan monos... Me pasé un buen rato sobándolos, luego mis guantes olían a perrete mojado (que para los que no lo hayan olido nunca, es uno de los peores olores de este mundo)


Hay que acariciarlos bien, que lo noten... Pobre perrete, qué sobeteo le di.

Y aquí parte de la granja de huskys, que monos por dios!


Después de eso, unos cuantos se fueron a esquiar, bueno más bien unos pocos, porque valía un pastón. Los demás nos fuimos a pasear por la naturaleza de Laponia. Subimos una montaña, el nivel de nieve llegaba por las rodillas en unos sitios, por el culo en otros. Estuvimos caminando una media hora en esas condiciones (además yo como soy asín de lista, me dejé los guantes en el autobús...) pero la verdad es que mereció la pena, porque lo que vimos ahí arriba era realmente precioso.

Los árboles parecían esculturas. La nieve que tienen encima no es la que cae del cielo, es que las hojas se congelan y se van formando capas y capas de hielo.

A mí me pareció realmente fascinante, en este viaje he visto los paisajes más bonitos que he visto en mi vida.



Aquí con Patri.


Después la bajada resultó interesante y divertida (aunque luego me arrepentiría de eso) porque bajamos por unos toboganes de hielo, es decir nos deslizamos montaña abajo con nuestro propio culo. Fue muy muy divertido, pero claro, poca gente llevaba ropa de nieve, más bien íbamos casi todos con vaqueros y esas cosas, así que imaginad el percal luego...

Después del paseo yo estaba empapada, con mucho frío y hambrienta. Serían ya las tres o así y yo pensaba que nos íbamos a comer, pero noooo, nos llevaron a una granja de renos, a conducir renos. Bueno condujeron los demás, porque lo que éramos Patri y yo, con el frío que teníamos estábamos tiritando así que en cuanto nos dijeron que podíamos quedarnos en una cabaña y tomar café y pastas gratis, nos faltó tiempo para meternos. Yo me pasé toda la tarde al lado del radiador tratando de secarme, ya que de cintura para abajo estaba empapada.

Así que mientras la gente hacía esto:
Yo hacía esto:

Se me ve cabreada, verdad? Esta foto me hace mucha gracia, porque se ve a todo el mundo super feliz y yo estoy al fondo en penumbra con una cara de mala hostia increíble. Estaba harta, lo único que quería era irme a casa a cambiarme. Además me moría de hambre, sólo me había tomado un café y un bollo y eran casi las cuatro de la tarde. Y encima después de eso nos ofrecen un perrito caliente, y vamos conociendo a mi estómago, si me como un perrito después de un café con leche, lo siguiente es una gastroenteritis mu rica. Y en este país no existe el aquarius, NO EXISTE. De verdad espero no tener gastroenteritis, porque sino no se como voy a sobrevivir...

Y tras esto y lo que yo pensaba que era el final del día (nada más lejos de la realidad) nos llevaron a deslizarnos por una montaña con mini trineos. Patri y yo sólo lo hicimos una vez (ella estaba igual que yo) siempre con el pensamiento de "si no lo hago ahora, ¿cuando tendré oportunidad de hacerlo otra vez?" pero en seguida nos volvimos a meter en el bus.

Después nos ofrecieron un spa o volver a las cabañas. Yo me fui al spa, a relajarme. Mala idea, porque me relajé de más. Mi tensión, siempre por los suelos, no me permite entrar en una sauna, así que me pasé dos horas en una piscina templada con chorros masajeantes, aun sin ir a la sauna, eso resultó demasiado relajante para mi cuerpo y después estaba destrozada, no podía apenas moverme. Era una sensación muy extraña porque mi cuerpo estaba súper tranquilo pero mi corazón iba a mil (quizá influyó un poco el hecho de que me tomé un red bull...).

Por la noche unos cuantos nos fuimos a un karaoke que había al lado, pero no me gustó nada nada nada. Era como el típico bar de carretera sureño de las películas americanas, lleno de gente extraña y hombres fuertes que te miran como si fueras una presa fácil. Incluso había uno con un parche en el ojo, parche de pirata. Todo ello aderezado con señores mayores cantando viejas canciones finlandesas. Entre el percal que había y lo mal que me encontraba, no duré allí ni diez minutos.

Como podréis comprobar este fue el día más completito.


PD: Estas fotos deberían ir en el post anterior, pero como no las tenía, las pongo ahora:

Típica foto ESN con la bandera, en el pueblo de Santa Claus (aquí todavía era una marginada social)

Y aquí con Santa (a ver si lo encontráis)



domingo, 11 de marzo de 2012

Viaje a Laponia: día 1

Confieso que me da muchísima pereza actualizar con el viaje, cada día más, pero va, haré un esfuerzo e iré poquito a poquito.
El primer día fue, cómo decirlo... HORRIBLE. Como ya dije, yo iba sola al viaje, no conocía a nadie que fuera, y efectivamente cuando llegué al puerto y vi la gente, no conocía absolutamente a nadie. Cogimos el ferry hasta Helsinky, y claro, es muy fácil decir eso de "pues te presentas y ya está" pero no es tan fácil hacerlo, al menos a mí me cuesta muchísimo, así que el viaje en el barco me lo pasé sola sentada en una ventana como un fantasma del titanic. Hice un intento de integración cuando vi un grupo del viaje pero me acerqué, me miraron y cada uno siguió hablando a lo suyo, así que me quedé parada delante unos segundos hasta que supe reaccionar y darme la vuelta. La verdad es que fue un momento realmente patético.
Al llegar a Helsinky, nos esperaban diez horas de autobús hasta Laponia. La gente empezó a animarse y se estaban echando unas cervezas en el autobús, y ahí conocí alguna gente pero tampoco cogí confianza con nadie como para acoplarme.

La primera parada del viaje fue el pueblo de Papá Noel. Bajamos y nos pusimos a la cola para pasar a ver al hombre y hacernos una foto con él (la foto te la hace un elfo muy gracioso). También he estado esperando para actualizar porque quería tener las fotos de la ESN, entre las que se incluye la de Papá Noel, pero no puedo descargármelas, no sé por qué, así que ya cuando pueda las subiré.
Luego teníamos tiempo libre para pasear por allí, así que me pasé un buen rato en las tiendas de souvenirs, y la verdad es que creo que se me fue un poco de las manos, porque compré muchísimas cosas, os las enseñaré también (bueno algunas no, solo lo que compré para mí porque sino no es sorpresa para algunos) que, como no, me compré dos bolas de nieve (y no compré más porque me contuve muchísimo...), que por si alguien no lo sabe, las colecciono desde hace unos años, las típicas bolitas de cristal con el monumento de una ciudad dentro, que las agitas y cae nieve o purpurina, creo que tengo ya 27, bueno ahora 29, y más que tendré JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
Tras asaltar las tiendas, me fui a la oficina de correos y me puse a escribir unas postales, me entretuve tanto que cuando salí resulta que todo el mundo estaba ya en el autobús. Claaaaro, como yo iba sola, pues no me enteré de que había que irse ya. Me estaban buscando jaja


Santa Clause Village

Un ayudante de Santa Claus (jajaja) y un reno, baby reno

Uno de los días montamos en reno, y luego comimos reno. Muy guay todo




Bueno, a continuación vienen momentos muy muy muy patéticos de mi existencia, ya os he dicho que hasta que no conocí gente, fue bastante horrible. Cuando llegamos a la residencia donde nos hospedábamos repartimos las habitaciones, a mi me dieron una enorme para mí sola (ahí salí ganando) y bajé a comer... Vi que casi todas las mesas estaban llenas, sólo quedaban asientos libres en mesas apartadas, así que decidí que tenía un poco de... no se, ¿orgullo? como para sentarme sola en una mesa apartada y preferí irme a mi habitación sin comer. Pero bueno, tenía bocadillos. Conforme voy escribiendo esto me doy cuenta de lo patética que fue la situación. Pero esperad, que lo peor viene ahora.
Después de comer nos íbamos a tirarnos con unos trineos por una colina y luego a una sauna. Las chicas que había en la habitación al lado de la mía dijeron que la gente estaba ya abajo, así que me puse las botas, cogí unas cuantas cosas y bajé un minuto después que ellas. Se habían ido. Todos. Se habían ido todos, sin mi. Me habían dejado olvidada en la residencia. Sinceramente, me sentí muy muy mal, pero bueno, aproveché la tarde para ducharme con tranquilidad, echar una siesta, hablar con mis padres... Tampoco volvieron muy tarde, y luego bajé a cenar con esas chicas de la habitación de al lado (paso 1 de mi integración social). Después de cenar se organizó una fiesta en una de las cocinas y todos estábamos allí, así que ahí empecé a conocer gente, prácticamente a todos (paso 2 y final de mi integración social). Todos se fueron a acostar a eso de las 3, ya no quedaba nadie a esa hora! ¿Pero esta gente no sabe lo que es una fiesta? NO, no lo saben. Los únicos que nos quedamos hasta las 6 de la mañana fuimos, Patri, una de mis vecinas, casualmente española y Ivo, un chico estón de la ESN, los únicos valientes. Vale que había que levantarse a las 8, pero hombreeee, que estamos de viaje y de erasmus, coño, un poco de ánimo.
En fin, eso fue básicamente el primer día. Mañana más. O igual esta tarde, depende de las ganas que tenga de escribir, que el día siguiente fue el más completito.

viernes, 9 de marzo de 2012

Mi opinión de los estones



Si observáis esta foto ignorando el gato que está oliendo mis botas (es Keira, la gata de la loca del hostal) veréis los dos únicos abrigos que me traje a estonia. Obviamente el de la derecha es muchísimo más calentito. Pues el miércoles, me lo robaron. ¡Me robaron mi abrigo! No sabéis lo que es volver a casa sin abrigo a las 5 de la mañana a -10º. Y aparte de eso, me han jodido, y mucho, porque aunque en el corte inglés sea primavera, aquí NO, sigue haciendo un frío de cojones y este abrigo era una maravilla (y no muy barato...), y estoy muy triste, y rabiosa, y tengo frío... Y ahora sólo me queda ir a una de las muchas tiendas de ropa de segunda mano y comprarme algún abrigo por menos de 10€, algo que probablemente ha pertenecido a alguien que ya está muerto. Gracias, estones. Y esto me da paso para hablar de ellos.

La gente de estonia. Me centraré especialmente en la gente joven, y particularmente en la gente joven de fiesta. En principio los estones que yo conocía eran mis compañeros de clase y los del hostal, gente bastante normal, decente, agradable, gente con la que da gusto hablar. Hasta que sales de fiesta. Pero no a cualquier fiesta, porque en las que iba al principio, estas fiestas alternativas, todo seguía siendo bastante normal, la cosa se tuerce en las fiestas con música (cómo decirlo...) música de feria, ai seu te pego, danza kuduro (sí, también han llegado aquí las dos) david getta, pitbull traspasando fronteras... En fin, os hacéis una idea del tipo de fiestas a las que me refiero. Sobre las chicas estonas no tengo ninguna queja, en general son bastante simpáticas. Lo peor son los chicos. Los estones de fiesta lo único que quieren es pelear, da igual con quién, por qué y dónde. Pelear, por cualquier razón por muy absurda que sea. Que pasa uno y sin querer empuja un poco a otro, es normal, es un bar lleno de gente y es dificil moverse. Pues ale, se van detrás a pegarle. El miércoles en la fiesta (ah si, he olvidado decirlo, hubo otra fiesta de esas de todo a 1€) en menos de cuatro horas llegué a ver cinco peleas, una con rotura de vasos incluida.

Cada vez me gustan menos, pero como ya he dicho especialmente a los chicos. Normal, por otra parte, porque entre estos y la fauna que tengo en la clase de salsa, como para hacerse una buena opinión de ellos...

Próximamente, el viaje a Laponia día por día y auroras boreales en Tallin. Permanezcan atentos.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Resumen de mi viaje a Laponia







Bueno, en realidad sólo fue así el primer día XD Luego llegó la fiesta de la primera noche y empecé a conocer a gente, al final del viaje conocía a casi todo el mundo y en general ha sido una experiencia genial. Ya iré contándolo día por día (cuando tenga ganas)

jueves, 1 de marzo de 2012

Me voy a Laponia. Entrada locura repentina

Esta semana ha sido bastante buena ya que creo que todos mis profesores se han puesto de acuerdo para ponerse malos y no he tenido más que una clase. Aparte de eso, nada más interesante.

Se suponía que el lunes partía hacia Laponia en un viaje con la ESN. Pues bien, anoche, cuando me disponía a apagar el móvil, vi que tenía un correo electrónico de ellos, decía que si estábamos preparados para el viaje de MAÑANA. Es decir, que el viaje que yo pensaba que empezaba dentro de cuatro días, es hoy, y me entero sólo 15 horas antes, de las cuales tenía que dormir unas cuantas. Así que llevo toda la mañana de prisas, comprándome un bañador (porque vamos a unos baños), las bebidas (porque en Finlandia son muy caras y tengo que llevar para todo el viaje), la comida... En fin, una locura todo. Dior bendiga los móviles de última generación, de no ser porque los correos me llegan ahí, ni me hubiera enterado.

Es la historia de mi vida, no se si tomarme a mal lo desastre que soy y que siempre tenga que hacerlo todo a última hora, o tomarme a bien la suerte que tengo y que siempre salve el culo en el último momento. Creo que me quedo con lo último. True story.

Aparte de eso, la ciudad se ha vuelto un poco peligrosa (acabo de vivirlo) debido a que como las temperaturas están subiendo y ya superamos los 0º, toda la nieve y el hielo de los tejados se está deshaciendo y cae a puñaos, hay que ir con cuidado por la calle porque puedes ser sepultado por una masa de nieve (no es tan exagerado, pero imaginarlo así, es más divertido).

Lo dicho, me voy a Laponia. Ahora me esperan 2h de ferry hasta Helsinky y luego 8h de autobús (yuhu!) me he comprado una revista en estón o ruso, no se bien, pero es que las que son en inglés valen OCHO EURAZOS. La madre que los parió, pagar eso por una revista mensual. Aunque como me conozco bien, seguramente iré más de la mitad del viaje durmiendo y la otra mitad escuchando música. Además voy forever alone, ninguno de mis amigos quería ir al viaje pero yo me apunté sin más, así que no conozco a nadie (suena triste así dicho) pero mi don de gentes y mi encanto natural hará que todos me adoren en seguida ("Y todos me miran, me miran, me miran (...) pero al final, pero al finaaaal todos me amaraaaaaaan" homenaje a Gloria Trevi y a una de las canciones más homosexuales de la historia, me encanta).

No, en serio, espero conocer gente, sino será un viaje muy solitario, a lo Scarlett Johansson en "Lost in translation" pero en lugar de estar rodeada de japoneses, estaré rodeada de pingüinos.

¡Voy a conocer a Papá Noel! Yo soy más de los Reyes Magos, la verdad, así que no se va a acordar de mí porque este hombre no ha pasado por mi casa nunca a dejarme nada, pero a ver si lo convenzo para que caiga algo el año que viene.

"Eh, Paula, estás empezando a desvariar. Y tus amigos saben que estás un poco loca y tal, pero no tanto", esto es mi yo interior. Ya paro.

El lunes vuelvo, supongo que con muchas fotos, muchos amigos, un reno que le robaré a Papá Noel y algún dedo del pie menos perdido por congelación (en realidad creo que hace la misma temperatura que aquí).

Chao chao!