El domingo Juan despertó y vio a alguien entrar en su habitación y quedarse en la puerta unos diez minutos mirando, hasta que le preguntó quién era y qué quería, y la mujer se fue. Ese mismo día alguien intentó abrir la puerta de mi habitación mientras yo estaba dentro, pero claro estaba cerrada.
Así que con toda esta información y la de otra gente del hostal, dicen que son un hombre y una mujer, que él tiene pinta de yonki y ella es rubia es todo lo que sabemos. El dueño del hostal dice que este tipo de ladrones suele volver, así que ultimamente somos muy precavidos con dejar las puertas de las habitaciones abiertas y con ver qué desconocido anda por el hostal.
Y a raíz de esto, el martes que viene haremos una cena. ¿Por qué? No es que vayamos a celebrar el robo, es para conocernos todos los que vivimos aquí, ya que yo no tengo ni idea de quién vive aquí, quién no, quién está de visita, etc. Y así están las cosas.
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