lunes, 13 de febrero de 2012

Con paciencia y sangría...


¡No sé cómo pude actualizar el otro día y no contar la fiesta que tuve el viernes por la noche! Después de la cena en la residencia nos fuimos a una fiesta, nos habían dicho que había una en nuestro edificio de bellas artes, era como una especie de fiesta clandestina. Fuimos Max, Nicolas, un chico estón y yo, el estón conocía a alguien dentro que nos tenía que meter, así que nos colamos por unas verjas al patio de atrás del edificio y empezamos a llamar a una puerta, veíamos gente subir y bajar por las ventanas, había gente detrás de la puerta y nadie nos abría, hasta que llegó el estón y nos dijo que era otra puerta, que no llamáramos ahí porque nos podían disparar (así, sin más).
Al final nos abrieron en la puerta correcta y pasamos, todo el edificio estaba como a oscuras y había gente en todas las plantas, pero era un coñazo, la verdad, así que nos fuimos en seguida a otro bar (aunque cuando entramos empezó a sonar "Dancing Queen" de ABBA, eso me encantó).

En fin, aparte de eso el sábado por la tarde fui también con Max y Nicolas a buscar la tienda de cosas de segunda mano, ya que el viernes Lina se compró por 1€ un aparatito extrañísimo super divertido, conseguimos encontrarla pero estaba cerrada, así que como si nada...
Y por la noche invité a algunos amigos a mi hostal a cenar y compré un montón de sangría:
Antes de cenar Max se puso a tocar el piano de la sala común (traigo fotillos y así de paso veis el sitio taaan genial donde vivo). El único inconveniente de la velada fue un estón borracho, Mik, que hizo su primera aparición de la noche mientras Max tocaba, medio se cayó encima de mí y luego empezó a acosarnos a mi y a Martha, así que nos fuimos a nuestra cocina (uno de mis compis, el finlandés estaba también con nosotros) pero cuando terminamos de cenar el borracho se coló y lo tuvimos que echar, se puso un poco vacilón pero estaba tan borracho que lo único que consiguió fue tirar cerveza al suelo. Lo peor de todo es que al día siguiente lo vimos por aquí, así que tenemos la terrible sospecha de que vive en el hostal, que cada día descubro que hay más locos (ya otro día os hablo de la dueña de la gata Keira, que esa es para dedicarle una entrada entera...).
En fin, aquí tenéis fotos de la noche:

Max al piano, Olli (mi compi de piso) y Martha.


Martha y yo


La sala común


La fiesta la tuvimos que terminar en mi habitación, ya que nos llamaron la atención por el ruido en la cocina.

¡Y mañana (o pasado) más!

1 comentario:

  1. Me estoy enamorando de tu casa, de tu erasmus, de absolutamente todo!!! Joooo, hay muhcas cosas que me recuerdan a mi erasmus, quiero volver!!! :_(
    Aprovecha al maximo estos meses, se van volando y jamás los olvidas...

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