El miércoles pasado fue el cumpleaños de Skye, así que fuimos unos cuantos (bastantes en realidad, unos 25) a cenar a un restaurante, que resulta ser el mismo sitio donde se hizo la primera fiesta a la que acudí. Por lo visto por el día es restaurante y los fines de semana por la noche, discoteca. Buen negocio. Estuvo divertido, aunque yo no estaba muy cómoda ya que tenía un trancazo increíble, que llevo arrastrando desde hace una semana ya, a ver si se me pasa. Yo no sé como Skye puede conocer a tanta
gente en sólo un mes que lleva aquí. Luego nos fuimos todos a casa porque al ser miércoles la gente tenía que madrugar o estaba cansada, así que no había muchas ganas de salir.
El viernes por la mañana fui a dos tiendas de segunda mano. Una de ellas era enorme, como un corte inglés cutre, y tenía de todo lo que uno se pueda imaginar, además los precios estaban increíbles, me compré tres camisas, a 0,70€ o 1€ cada una. También me compré una comba de saltar por 0,30€ para mantenerme en forma jaja
A la vuelta, cuando bajé del tranvía me encontré un mercado callejero, con jerseys, calcetines, guantes, gorros, cosas hechas a mano y de pelo, muy típico de aqui. Me enamoré de este gorrito y al final acabé comprándolo! (es sintético).
Por la noche había una fiesta llamada "The end of the world" por la misma zona del restaurante (a ver qué manía de hacer las fiestas tan lejos del centro, coño) así que primero estuvimos en casa de Lina, que vive al lado de ese sitio, bebimos "Vana Tallinn" que es la bebida típica, en chupito. Yo no la había probado, pero fue como una bomba para el estómago. Estuvimos un ratillo allí bailando y luego fuimos a la fiesta. Era en una especie de edificio abandonado, así que subimos tres pisos y en el cuarto estaban dando un concierto, era una sala enorme y luego había dos habitaciones más pequeñas con gente tocando el tambor, las guitarras... Al principio la fiesta nos decepcionó bastante, ya que esperábamos algo mucho más masivo, pero poco a poco fue animándose y al final resultó ser una noche interesante. A la vuelta, volvía al centro con Max para ir a otro bar, paramos en un sitio ruso a comer algo, no sé muy bien qué era, sólo se que llevaba carne picada, especias y que estaba enrrollado como un kebap, y luego comimos algo con leche condensada muy dulce. Rico rico, pero con el estómago lleno Max decició que se iba a casa, así que yo hice lo propio.
Y el sábado, entre el trancazo y un dolor de estómago horrible, me quedé en casa viendo películas, calentita entre el nórdico, aunque estos días han subido mucho las temperaturas, hoy tenemos 0º, lo cual significa que la nieve se está deshaciendo en algunos sitios y todo está lleno de charcos, de los tejados cae agua y hielo, así que no me gusta nada salir a la calle ahora.
Con respecto a lo que hice el domingo, creo que dedicaré una entrada exclusiva para ello, lo merece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario